
Los graffitis son la máxima expresión artística de un garabato. Fusionan las imágenes con la tipografía ilegible.
-¿Qué dice ahí? Preguntaba una señora a un graffitero.
-Qué más da lo que escriba, si no se va a leer.
Y es que lo que cuenta es la forma que hay detrás de cada trazado ilegible. Los graffitis buscan la confusión superponiendo letras, creando espacios virtuales que están por encima de otros espacios, pero en realidad nada está sobre nada. Los espacios están mal delimitados, no termina una letra, no empieza otra. Solamente se crea sensación de volumen, en realidad el graffiti es un todo a modo de figura imposible de Escher. Colores, dobles fondos y otros efectos hacen del graffiti una expresión ilegible que sólo nos permite admirarlo por su belleza.
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